REGISTRO DE
POETAS
ROSABETTY MUÑOZ / FLORENCIA SMITHS / SOLEDAD FARIÑA / DANIELA CATRILEO / ALEJANDRA GONZÁLEZ CELIS / VICTORIA RAMÍREZ / LAS BICHAS, CAMILA SULLIVAN Y ARIEL INOSTROZA / GLORIA DÜNKLER / VERÓNICA JIMÉNEZ / JULIETA MARCHANT / CONSUELO MARTÍNEZ / CARMEN AVENDAÑO / ROXANA MIRANDA RUPAILAF / MACARENA URZÚA / DAMSI FIGUEROA / GLADYS GONZÁLEZ
Proyecto de experimentación poético-musical que busca fusionar ambas disciplinas en un repertorio que se inscribe como propuesta en la tradición de las vanguardias de música y de poesía sonora, donde también concurren lo escénico y lo visual, conformando una experiencia estética compleja y pulsional, que se propone trabajar en la frontera de la música y la poesía, sin llegar a la canción, ni tampoco a la poesía sonora pura u obra indescifrable.
Victoria Ramírez
(1991)
Periodista de la Universidad de Chile, escritora y editora. Ha publicado el libro de poesía Magnolios (2019), la plaquette Alud (2018) y fue antologada en Panorama de poesía chilena joven (Alquimia, 2019). Recibió la beca de la residencia Macdowell en Estados Unidos (2019). Obtuvo el Premio Roberto Bolaño (2016), el Premio Juegos Literarios Gabriela Mistral (2017) y el Premio Mejores Obras Literarias categoría inédita (2019 y 2020).
En cuanto a sus lecturas, le interesan poéticas que abordan la naturaleza desde lugares poco comunes, como observa en la obra de Igner Christensen, Cecilia Vicuña, Mary Oliver y Marosa Di Giorgio. Entre sus referentes de poesía latinoamericana, destacan Blanca Varela, José Watanabe y Javier Heraud desde Perú, así como Mirta Rosenberg desde Argentina. En habla inglesa, Victoria dialoga con autoras como Mary Oliver, Adrienne Rich, Anne Carson, Elizabeth Bishop, Emily Dickinson y Louise Glück. De la poesía chilena destaca lecturas como Soledad Fariña, Cecilia Vicuña, Rosabetty Muñoz, Elvira Hernández, Huidobro, Mistral, algunos libros de De Rokha y la constante lectura de autoras contemporáneas de su generación. Considera relevante para su escritura el diálogo entre poesía y narrativa, integrando a la vez lecturas provenientes del mundo científico, como la biología, la astronomía, el cambio climático y artículos científicos en general.
En su libro Magnolios (2019), los poemas se despliegan en torno a una memoria biográfica registrada desde el presente más que desde la nostalgia, en poemas que funcionan como escenas cinematográficas o fotografías de espacios y recorridos familiares, territoriales. En su actual proyecto Teoría del polen, las relaciones familiares, los topónimos, y los eventos particulares parecen retroceder, permitiendo la profundización en un punto de vista colectivo de los seres vivos, como partes vitales de un organismo sistémico.
Su escritura abre correspondencias entre seres humanos, animales y plantas, generando un punto de observación que nos presenta a la poesía como espacio de generación de conocimiento, cercano a la observación científica desde la biología, la antropología o los estudios culturales. De esta forma se despliegan paralelismos en que lo natural y lo artificial, lo social y lo salvaje, las imágenes poéticas y la bitácora científica, se funden en una subterránea colaboración que desdibuja ciertos límites conceptuales sin abandonar lo esencial de estos puntos de vista. Propuesta que, lejos de la tesis teórica, no ofrece una lectura rígida ni una disección quirúrgica, si no una forma de experimentalidad orgánica, clara, atemporal, que incorpora a sus lectores como componentes de un ecosistema creativo.
En su escritura, el espacio funciona como territorio vivo que se despliega, lento. Con versos breves que ofrecen cualidades, relaciones, características físicas, especies distintas, variedades matéricas y climáticas, registrando un inventario suspendido en una página cuidadosamente diseñada.
Los poemas incluidos en Registro de Poetas son parte de Teoría del polen, libro que la poeta se encuentra trabajando desde el año 2016 y que saldrá a la luz por editorial Provincianos en el presente año. Teoría del polen obtuvo el premio Mejores Obras Literarias en poesía inédita y fue concluido durante la residencia que la poeta realizó en Peterborough, Estados Unidos. Está influido por la obra Estado vegetal, de Manuela Infante, el disco Plantasia de Mort Garson, y a la vez con lecturas sobre inteligencia vegetal de la mano de filósofos como Michael Marder y Stefano Mancuso, obras que la poeta relaciona con la crisis ambiental y la urgencia de replantear nuestra relación económico-social con el ecosistema.
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